Recientemente se supo que en la Ciudad de Buenos Aires comenzó a notarse por parte de los ciudadanos una invasión de aves rapaces o de caza.
En barrios como Belgrano, Nuñez y otros más se pudieron ver muchísimas aves muertas en las veredas. Los habitantes tienen la idea de que el fin de liberar a estas aves es la de controlar la población de palomas que ataca la ciudad, y parece ser esa la razón.
Por ejemplo, en zonas como campos de golf o Palermo, lugares que eran visitados frecuentemente por las palomas, ya casi no se ven estos ejemplares en el aire.
El problema de liberar aves rapaces para la disuasión de la población de palomas es que las rapaces también se reproducen, creando una sobrepoblación de las mismas. Además, no discriminan entre palomas y las demás especies de aves, atacando nidos de loros, gorriones, jilgueros y cualquier pichón que se encuentren.
Otra situación que presenta la presencia de estas aves es que con este método se pone en peligro a los seres humanos y sus mascotas, donde pueden atacar a perros, gatos, conejos y hasta los propios ciudadanos. La solución ética que proponen es colocar una jaula con carne para atrapar al rapaz.
Un método que disperse a las aves de manera segura para todos es crucial. Por eso desde Bird desarrollamos una tecnología que disuade la plaga de aves cuidando la integridad de los animales como de los seres humanos.
Los pájaros perciben el haz del láser como un peligro físico que se aproxima y percibirán la zona como insegura y no volverán a generar presencia allí. Con este método se mantiene la integridad de las aves.
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